06 marzo 2008

Agua para el Camino


Hace unos Domingos atrás escuchamos el Evangelio en que se narra el encuentro de Jesús con una Samaritana. Jesús, hombre y judío, no tenía ningún deber de ni siquiera saludar a esta mujer que era considera pagana... pero no solo lo hace sino en el diálogo la llama a beber de SU agua, del pozo sin fondo que es El...
Nosotros, cansados viajeros de largos caminos tenemos al alcance este pozo de aguas claras, transparentes y serenas que es Jesús, solo falta que acudamos a El...
En el metro, caminando, en la espera de la luz verde, en la fila, descansando... un minuto, 30 segundos para ir a SU pozo, a estar en la intimidad con el Señor Jesús...y nuestros caminos y pasos se harán frescos y diáfanos.

Santa Teresa de Los Andes, decía que había que hacer un templo a Jesús en el corazón, asi siempre estaría con nosotros...esta es la forma de llevarlo después de nuestras madrugadas, allí en el secreto de nuestro corazón a todas las partes que vayamos.
Este es el secreto del pozo y de la samaritana que supo beber del agua sin restricciones de Jesús, el Señor

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